Conócete a ti mismo. Antaño, frase griega inscrita en el templo de Delfos. Hoy, mantra de los libros de autoayuda. Todos queremos ser nosotros mismos. Pero casi nadie lo es, pues se pretende construir esta identidad al margen de Dios, que es su Creador, principio, sentido y fin.
¿No te has fijado en que, hoy en día, todos intentan ser distintos, y acaban siendo todos iguales? La misma ropa, la misma ideología política, las mismas consignas que repiten sin pensar, la misma aceptación acrítica de modas absurdas, etc. En cambio, me parece que con los santos sucede exactamente lo contrario. Ellos intentan ser todos iguales, dado que miran y tratan de imitar al mismo modelo, Jesucristo. Y, sin embargo, acaban siendo todos diversos. Seguramente no se te ocurran muchos puntos en común entre San Francisco de Asís y San Fernando III, San Agustín y Santa Teresita de Lisieux.
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Esto es lo que me ha pasado a mí con la recuperación. Conforme he ido cambiando mi camino para alinearlo con aquel que Dios había pensado para mí, he ido encontrando mi verdadera identidad. Pensaba que la anorexia era mi identidad, pero ahora he descubierto que era algo que estaba tapando, manteniendo en la oscuridad e impidiendo que floreciera mi verdadera identidad.
Soy una persona nueva, soy más yo que nunca. No me he perdido al perder la anorexia, sino que me he encontrado. Porque lo que Dios ha creado es siempre muchísimo más grande y mejor que lo que tú puedas construir.
Lee el artículo completo para entender el significado de la frase de Jesús: «Quien quiera salvar su vida la perderá, pero el que la pierda por mí, la encontrará» (Mt 16, 25), y por qué no debe darnos miedo entregarnos del todo a Él…
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En ocasiones me cuesta seguirte. Pero qué razón tienes en cuanto que desaparecen las individualidades, se diluye todo, en una masa amorfa y uniformada.
En ocasiones te he hablado sobre la estatua de Verrochio, es una estatua del condotiero Colleoni. Está en la plaza Giovanni e Paolo en Venecia y es la viva imagen de la individualidad, la resolución y la fuerza. Es como un seguidor de Cristo. Creo que la fe da esa fuerza y esa resolución. No se si te he interpretado bien.
Sí, y me gusta la comparación. Gracias por tus aportes!!
Ah! Se me olvidaba. Que bien escribes. Seguro que te atreves con ficción?
Gracias… En ficción nunca he pasado del microrrelato, me gusta inventar historias pero soy incapaz de centrarme en una.