No llevamos ni una semana en Cuaresma y ya estoy muy hasta las narices del tema del ayuno. Concretamente, de la gente que no para de restregar en la cara de los demás su ayuno, de los que se lamentan de que la Iglesia se haya vuelto “demasiado blanda” con los ayunos que prescribe, de los que creen que cuanto más extremo es algo, mejor, y de los que te lo intentan justificar apelando a la salud.
Far be it from me to condemn fasting or penance in general. But I want to talk in this post to all those people who’ve discerned that this practice isn’t what God’s asking from them, so they don’t feel like they’re worse Catholics or “lenient”.
Distraer de Dios
Uno de los propósitos principales del ayuno es quitarse de cosas que nos distraen de Dios. ¿La comida te distrae de Dios? ¿O, por el contrario, es algo que te acerca a Él, un medio que te atrae hacia Él?
Creo que por eso es muy bueno no que se hayan eliminado ayunos, sino que se haya ampliado el sentido de este término, llevándolo más allá de la comida, en la que creo que a veces se pone un énfasis excesivo. ¿Qué es lo que, aunque sea lícito en sí, te está distrayendo de Dios? De eso es de lo que debes ayunar.
Me ha encantado tu manera de exponer el tema del ayuno más allá de solo o en lugar de las comidas. Tiene todo el sentido de alabar a Dios. Se nota que estas muy preparada en los temas de alimentación y como afectan al cuerpo. Gracias por tus consejos.
Muchas gracias! Me alegro de que te haya servido 🙂