¡Esta es la tercera parte de la serie del segundo aniversario de mi recuperación! Puedes encontrar la primera y la segunda parte haciendo clic en los enlaces.
Hoy quiero destacar algunas de las cosas asombrosas que la recuperación ha traído a mi vida, y por qué necesitas seguir confiando incluso cuando todo parece oscuridad. Pero con un par de advertencias, que no deben desanimarte, sino al contrario, ayudarte a no abandonar incluso cuando te las encuentres.
Cuando creas que lo tienes todo bajo control, te atacará por donde menos lo esperas
No se puede dar nada por totalmente superado. Así que no te sorprendas, o al menos no te frustres, cuando un fuego que ya habías dado por apagado de repente te queme otra vez. A mí me ha pasado especialmente cuando he empezado a comportarme con cierta soberbia y dejado de reconocer mi dependencia total de la gracia de Dios. Me ha demostrado muchas veces que si no fuera por la misericordia que derrama constantemente sobre mí, caería una vez tras otra.
Volverás a tener los pensamientos más primitivos: como ataques burdos de sentirme gorda o como que se me sale la tripa de los pantalones, cuando no es verdad, pero me da esa percepción y es desquiciante… me sucedía continuamente al principio de la recuperación y luego lo di por superado, pero todavía algún día de repente me viene.
Caerás en cosas obvias: como leer páginas detonantes cuando sabes que no te hacen ningún bien, pero te crees que bah, ya no te van a afectar…
Adelante!
Muchas gracias!