Viajar es apasionante y divertido, pero lo cierto es que cuando sufres un trastorno de la conducta alimentaria (TCA), sobre todo es terrorífico. Salir de la rutina, no controlar todo, ¿qué voy a comer?, ¿voy a poder hacer ejercicio?… Esta ansiedad es normal, pero no debe arruinarte el viaje. ¡Con estos consejos, podrás sacar al TCA de tu maleta y cerrar con candado!
Como introducción, sabed que es que la semana pasada he estado de vacaciones en Jordania con mi madre. Ha sido fascinante, me ha encantado y me lo he pasado genial. De una manera que habría sido imposible (y casi impensable) poco tiempo atrás. Al mismo tiempo, he pasado momentos malos y mis pensamientos me han intentado engañar muchísimo. Lo que digo a continuación es lo que a mí me ha ayudado a luchar contra ellos y disfrutar a tope del viaje. Debajo de algunos de los consejos encontraréis fragmentos de entradas de mi diario durante esos días, que ejemplifican cómo yo los he vivido.
1. Espera a estar preparada
Por mucho que te apetezca viajar, sé sincera contigo misma. ¿Lo puede aguantar tu cuerpo? Quizás en el peso que estás sea un esfuerzo peligroso. Y, ¿está tu mente preparada? ¿O lo vas a pasar tan mal con la comida que no vas a poder disfrutar del viaje? Mide tus fuerzas. ¡Puedes usar la motivación de viajar como una razón más para seguir la recuperación!
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Es un placer leerte y ver lo mucho que vas consiguiendo. Tu felicidad se refleja en tu cara y cada día estas mas guapa.
Me da pena pensar en la cantidad de chicas que aun estan en el proceso, muchas veces sin ayuda. Realmente duro.
Muchas gracias! Es una verdadera pena, ojalá todo el mundo pudiera al menos tener una orientación y ayuda… espero yo poder contribuir a ello.
En primer lugar, muy bien traída la faceta cultural de la comida de los paises que visitamos. La cocina es cultura con mayúscula y más si las diferencias culturales son tan grandes como es caso de un viaje a Oriente Medio.
En segundo lugar, la lucha continua.
Muchas gracias! Claro que sí, sería triste perderse esa parte de un país. Y la lucha sigue, pero merece la pena!
Buenísimo el post. Saludos.